La mayoría de las hemorragias intraventriculares no tienen síntomas al inicio, salvo los que son muy graves, que suelen tener síntomas durante los primeros 3 días de vida. Por eso, debido a que gran parte son asintomáticos al inicio, se recomienda realizar ecografías transfontanelares a todos los prematuros menores de 32 semanas, y también según el peso realizar a todos los que tengan menos de 1 kilogramo o 1,5 kilogramos al nacer, según la guía que sigamos.
Respondiendo a la pregunta de cuándo hacer los controles, tenemos que el 75% de las hemorragias intraventriculares se producen durante los primeros 3 días de vida; por eso, la búsqueda de estas hemorragias mediante ecografía transfontanelar se hace entre los días 3 a 7 de haber nacido, ya que entre estos días se pueden detectar el 75% de las lesiones, y hacerlas antes puede darnos falsos negativos.
Las hemorragias intraventriculares pueden ser más o menos graves según su lugar y su tamaño. Así, existen 4 grados de hemorragia intraventricular: el grado 1 está confinada a la zona subependimaria, que es alrededor de la pared del ventrículo. El grado 2 ya es dentro de los ventrículos, aunque sin dilatación de los mismos, cosa que ya ocurre en el grado 3, que debido a la cantidad de sangre dilata a los ventrículos. Y el grado 4, el de mayor gravedad, añade a la hemorragia intraventricular hemorragias en el parénquima, es decir, en el interior del encéfalo.
El pronóstico a largo plazo de los niños que sufren estas hemorragias depende sobre todo del grado de la hemorragia, como vimos antes. Y es que en el grado 1, la incidencia de secuelas neurológicas es del 15%, subiendo al 25% en el grado 2, a la mitad en el grado 3, y hasta el 75% en el grado 4, que es el de mayor gravedad. Las secuelas más frecuentes son la parálisis cerebral, el retraso del desarrollo psicomotor, la ceguera o la sordera.
Una de las funciones más importantes y sobre todo más conocidas del riñón es la formación de orina. A veces (de mañana normalmente, por ejemplo) notamos a la orina con un color, olor, etc más intensos, como si estuviera más concentrado; mientras que luego de, por ejemplo, haber ingerido mucho líquido (como después de tomar mate o mucha agua luego de hacer deporte) notamos características totalmente opuestas: la orina se ve casi color transparente, mucho menos concentrada o, lo que es igual, mucho más diluida. Estas características están reguladas por el riñón, y sirven para varias cosas: Básicamente, para mantener constante la cantidad de agua y otras sustancias en el cuerpo: como la única manera de eliminar muchos desechos del cuerpo es a través del agua, entonces si necesitamos eliminar, por ejemplo, sodio o potasio (luego de haber comido una comida muy salada) necesitamos excretar también agua. Pero si la concentración fuera baja, necesitaríamos orinar demasiado y estaríamos p...
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