QUÉ SON LOS ABSCESOS.
Los abscesos son una acumulación de pus en una cápsula. Se pueden formar en varios lugares del cuerpo, desde la piel hasta en órganos internos.
La forma en la que se forma es la siguiente: inicialmente hay algún estímulo de algo que se interpreta dentro del cuerpo como un material que puede causar daño al cuerpo, como por ejemplo una bacteria o incluso algún material extraño como alguna astilla o clavo que quedó dentro de la piel. Cuando se detecta este material, lo primero que hace el cuerpo es llama al sistema de defensa, y las células encargadas de la misma acuden al lugar e intentan destruir al agente que considera como potencialmente dañino. Esto es lo que se llama inflamación.
Al ocurrir esto, puede pasar 2 cosas: la primera es que estas células logren destruir al cuerpo extraño, y cuando logran hacer esto, envían señales de que el proceso terminó y entonces finaliza la inflamación y todo vuelve a como era antes. Pero hay veces en donde estas células no pueden eliminar al agente extraño, y en estos casos lo que ocurre es que el proceso dura más y más tiempo, lo que se dice se cronifica, y cuando el sistema se da cuenta de que posiblemente no podrá eliminar al material extraño, intenta otra estrategia: ya que no podré eliminar al objeto extraño, entonces voy a aislarla de tal manera a que al menos no haga daño al resto del cuerpo. Entonces, las células empiezan a liberar señales para que vengan otras y empiecen a construir un muro alrededor del material, es decir, una cápsula con paredes, y dentro de esta cápsula queda tanto el material extraño como las células inflamatorias que forman el pus. Esta formación capsular con pus adentro es lo que se llama absceso.
Como el absceso es una bola de pus, es un material inflamatorio por excelencia, y por esto tiene los síntomas típicos de la inflamación: está caliente, rojo, y generalmente duele. Además, puede y suele dar fiebre y genera un estado inflamatorio generalizado en el paciente. Es por esto que se suele tratar para eliminarlo.
Cuando los abscesos son pequeños, a veces la forma de tratar es simplemente desinflamar y a veces tomar antibióticos, y con esto el cuerpo lo reabsorbe. Pero muchas veces el absceso es lo suficientemente grande o antiguo como para que esto no funcione, y en estos casos suele requerir una de dos cosas: o abrir el absceso y drenar lo que tiene adentro, lo cual se llama drenaje, o en todo caso sacarlo entero, es decir una extracción en una cirugía.
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