Al comer y beber algo, el camino natural bque sigue el contenido es primero pasar por la boca hacia el esófago, de ahí pasar al estómago, y en ese lugar mezclarse con ácido para luego pasar a los intestinos delgado y grueso y realizar la digestión, es decir, ser absorbido.
Cuando por alguna razón el contenido, una vez en el estómago, hace el camino inverso, es decir, sube hacia el esófago y a veces incluso hasta la boca, es cuando hablamos de reflujo, que como dice su nombre es el flujo hacia atrás, o sea, retrógrado, del contenido desde el estómago hacia la boca. Se llama gastroesofágico porque el contenido va en esa misma dirección, desde la cámara gástrica o estómago hacia el esófago.
En el estómago se produce ácido, para facilitar la digestión de la comida luego en el intestino. El esófago es un órgano que está preparado para recibir el contenido desde la boca, pero no está preparado para recibir el contenido desde el estómago, y este contenido ácido puede causar daños a la pared del esófago, causando la enfermedad por reflujo. No todo reflujo causa enfermedad, de hecho que hay una cantidad de reflujo que es normal en todos nosotros y que la mayoría de las veces ni se siente, y es lo que se llama reflujo fisiológico y no necesita tratamiento. Pero cuando el reflujo produce daño en el cuerpo es cuando se le agrega el prefijo de enfermedad y es entonces cuando necesita tratamiento.
El mecanismo natural para evitar el reflujo está en este punto que se llama esfínter esofágico inferior y que actúa como puerta por donde el contenido debería de pasar hacia delante pero no hacia atrás. Y el reflujo ocurre en general por una falla en este mecanismo. El origen de la falla en este punto puede ser muy variado, desde una inmadurez del mismo, que es el mecanismo más frecuente en los bebés que tienen reflujo, o en un cambio en la anatomía que ocurre por ejemplo en personas con sobrepeso, cosa que se ve frecuentemente en personas mayores.
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