Los hemangiomas son tumores que se forman desde los vasos que transportan la sangre en nuestro cuerpo. Surgen desde las células que rodean a los vasos, que se llaman células endoteliales, que por diversos estímulos empiezan a proliferar de manera descontrolada
Son de aspecto muy típico: en general tienen un color rojizo característico, aunque si están profundos pueden no verse así, sino más azulados o directamente como una masa que va creciendo durante las primeras semanas de vida.
El tipo más frecuente de hemangioma se llama hemangioma del lactante, y como su nombre indica, aparece en general aproximadamente al mes de vida, y tiene una historia de vida muy típica: empieza a crecer desde el mes de vida hasta aproximadamente los 4 meses, donde alcanza su tamaño máximo. Luego queda con un tamaño similar hasta los 9 meses de vida más o menos, y a partir de ahí va involucionando o haciéndose más pequeño, hasta en su mayoría desaparecer sin dejar rastro o dejando apenas pequeñas marcas. Más de la mitad desaparecen totalmente a los 5 años, y hasta un 95% ha desaparecido por completo a los 9 años de vida.
El diagnóstico se puede hacer con la clínica, es decir, mirando a la lesión y averiguando sobre su desarrollo en las primeras semanas de vida; cuando es muy claro, no es necesario realizar más pruebas. Si se hiciera una biopsia, es muy típico que tenga un marcador que es específico de este tumor, que se llama GLUT-1.
Es un tumor benigno, o sea, que no es cáncer. Y tiene buen pronóstico. Cuando aparece en ciertos lugares como la cara, hay que cuidar que no deje deformaciones posteriores, y por eso muchas veces estos tumores se tratan para que no aumenten de tamaño y no dejen luego secuelas estéticas difíciles de reparar.
CÓMO SE TRATA EL HEMANGIOMA DEL LACTANTE
Como vimos en el video pasado, el hemangioma es un tumor benigno que aparece sobre todo en los lactantes, es decir, niños de unos meses de vida, y que tienen un buen pronóstico. En general, suelen crecer durante los primeros veces de vida, para luego estacionarse y posteriormente ir desapareciendo. Por esto, el tratamiento de la mayor parte de los hemangiomas infantiles es simplemente esperar, expectar, y estos van resolviendo con el paso del tiempo.
Lo que ocurre es que hay veces en que, ya sea por el tamaño o por el lugar donde estén, estos tumores pueden causar complicaciones, ya sea desde cuestiones estéticas de deformar la cara o algún lugar del cuerpo, o pueden ulcerarse y sangrar, entre otras. Para disminuir el riesgo de que esto ocurra, existe el tratamiento que son los betabloqueantes. El tratamiento es con una medicina, no se realiza cirugía. Y la medicina puede ser de aplicación directa sobre le hemangioma, y esta medicina se llama timolol y se aplican unas gotas sobre el hemangioma; o también puede ser vía oral, con el medicamento que se llama propranolol. Son medicamentos muy seguros y bien usados sirven para que los hemangiomas crezcan menos y desaparezcan más rápido. Son tratamientos muy seguros pero por el momento se recomienda que durante las primeras dosis haya un periodo de observación en el hospital para ver que todo vaya bien, sobre todo en el tratamiento vía oral.
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