¿Qué es la convulsión Febril?
La convulsión febril es una convulsión que ocurre a consecuencia de que el niño tenga fiebre, lo cual ocurre en general a causa de una infección, en su mayoría de origen viral. Aparece en niños de entre 6 meses y 5 años, y con temperaturas por encima de los 38 grados. Ocurre en niños por lo demás sanos de base.
La convulsión febril es el trastorno neurológico más frecuente entre los niños pequeños, y es el tipo de convulsión más frecuente entre humanos. Se ve hasta en el 5% de todos los niños.
¿Por qué se produce la convulsión febril?
Si bien no se sabe exactamente la causa de estas convulsiones, parece que se relaciona con varios factores, entre ellos la inmadurez del cerebro de los niños, asociado a factores genéticos, porque es más frecuente en ciertas familias o si hay antecedentes en las mismas, y también se relaciona más con algunos virus específicos como la influenza A, algunos coronavirus o algunos tipos de herpes.
Si un niño tiene convulsión febril, significa que es epiléptico o le queda alguna secuela?
A pesar de que es un cuadro que puede asustar mucho y ciertamente impresiona, es muy raro que queden secuelas al niño, y los estudios muestran que a largo plazo el desarrollo neurológico es el mismo y, en los episodios de convulsiones febriles típicas, no tienen mayor probabilidad de desarrollar epilepsia en el futuro
¿Necesita tratamiento un niño que tuvo convulsión febril?
En los niños que tienen episodios de convulsión febril típicos, no hay necesidad de tratamiento antiepiléptico a largo plazo, ya que no previene el desarrollo de epilepsia, y además los posibles efectos secundarios en este caso superan los beneficios posibles, por lo que no se recomienda su uso.
Si tuvo convulsión febril, debo evitar que el niño tenga fiebre?
Aunque los medicamentos que damos para evitar la fiebre sí pueden ayudar a que el niño se encuentre más a gusto al bajar al temperatura, no se demostró que tengan ningún efecto para prevenir las convulsiones febriles, por lo que la probabilidad de tener otro evento no depende de bajar la temperatura, sino de otros factores como la edad a la que se produjo el primer episodio, si hay antecedentes familiares de convulsiones febriles, si fue atípica, si recurrió en el mismo episodio febril, o si se presentó a baja temperatura la primera vez.
¿Qué estudios se deben realizar en una convulsión febril?
En general, no es necesario realizar ningún estudio laboratorial en niños que sufren de una convulsión febril, salvo que haya algún dato de alarma. Algunos de estos datos son que se produzca en niños menores de 6 meses, en niños no vacunados contra el neumococo o el haemophilus influenzae, si ocurre con temperaturas inferiores a 38 grados, o si el paciente estuvo previamente con antibioterapia.
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