Existen muchas maneras de enfrentar el diagnóstico de una anemia. Hoy vamos a ver de la manera más simplificada posible la manera de enfrentarnos a las anemias solamente mirando un Hemograma, que es el estudio básico con el cual se diagnostica justamente una anemia.
- Para entendernos bien, primero definamos lo que entendemos por Anemia. Anemia es simplemente tener menos eritrocitos (o glóbulos rojos) de lo que deberíamos. La cantidad que debemos tener depende de muchas cosas: la edad, el sexo, e incluso la altura a la que estamos. Pero no vayamos por ahí; ahora solo vamos a ver cómo afrontar un hemograma que nos dice que alguien tiene anemia.
- Aquí nos ponemos en plan detective, y debemos pensar lo siguiente: si nos faltan glóbulos rojos, la médula ósea, que es el órgano que se encarga de hacer glóbulos rojos, debería de estar produciéndolos en masa, excepto que el problema sea justamente la médula. Entonces, con base en esto, podemos medir en el hemograma si la producción en la médula ósea de reticulocitos (que son las células que luego se convertirán en eritrocitos) está aumentada o disminuida, y así ver si el problema está o no en la producción:
- Si el problema es la falta de insumos tendremos poca producción; es decir, pocos reticulocitos. Si en cambio los reticulocitos están aumentados, es decir, están compensando, deberíamos de pensar en que hay una fuga, una pérdida de glóbulos rojos.
- Los reticulocitos se consideran disminuidos por debajo de 40.000 en el recuento absoluto. En este caso, la anemia se llama “Arregenerativa”, porque la médula no está regenerando lo suficiente las eritrocitos que faltan. Si Los reticulocitos están aumentados (90.000 en el recuento absoluto) se denomina a la anemia Regenerativa.
- Una vez que llegamos hasta acá, debemos preguntarnos ¿Dónde está la fuga? y aquí hay dos grandes posibilidades; o hay un sangrado (lo cual en general se puede ver de golpe, aunque a veces pueden ser sangrados ocultos dentro de nuestro cuerpo) diremos que la causa es una hemorragia. Si por otro lado el problema es que los glóbulos rojos se están rompiendo dentro del sistema vascular, diremos que hay una hemólisis. Las causas más frecuentes de hemólisis son algunas enfermedades autoinmunes o algunas enfermedades congénitas.
- Ahora, volviendo del otro lado del esquema: si el problema eran los insumos, deberíamos ahora de intentar saber cuál es el insumo que falta. Para ello nos ponemos en plan detectives una vez más, y pensamos en los escenarios posibles:
- En este punto nos ayudará saber el tamaño que tiene el glóbulo rojo. Resulta ser de que cada insumo sirve para algo en especial. El hierro, por ejemplo, en los glóbulos rojos sirve para hacer hemoglobina. Y la hemoglobina ocupa mucho espacio dentro del glóbulo rojo. Por lo tanto, si falta hierro, el glóbulo rojo será de menor tamaño que lo normal. Esto se llama anemia “Microcítica” y su causa más frecuente es la falta de hierro, ya sea por falta en la alimentación o por pequeña pérdidas de sangre durante mucho tiempo.
- Por otro lado están otros insumos interesantes. Existen un par de vitaminas que empiezan por B: B9, que se llama folato, y B12 que se llama cobalamina. Estas vitaminas sirven sobre todo para formar el núcleo de las células que vienen antes del glóbulo rojo. Si ellas faltan, la célula no se puede dividir (porque necesita formar dos núcleos para ello, por decirlo de alguna manera) Entonces la célula estará aumentada de tamaño, porque será como un glóbulo rojo que está a un paso de dividirse en dos, pero no puede porque le faltan unas vitaminas. Esto se llama “Anemia Macrocítica”.
- Ahora, también puede darse el caso de que la anemia tenga glóbulos rojos de tamaño normal, y sin embargo sea arregenerativa. En este caso, la causa es un poco más compleja de entender. Resulta que para que se generen glóbulos rojos, la médula necesita algunos estímulos que vienen de otros lugares del cuerpo. Existen algunas hormonas que son sustancias que le dan orden a la Médula Ósea de que haga más glóbulos rojos. Pero en algunas enfermedades estas sustancias están disminuidas. Esta anemia arregenerativa con glóbulos rojos de tamaño normal se llama “Normocítica”, y se ve bastante en Enfermedades Crónicas. La explicación de cómo se produce esta anemia la dejaré para otra ocasión, para que no se complique este artículo.
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